La ciudad palpita, su carne pétrea es igual de cambiante que la nuestra. Su piel de acero muda como la de una serpiente engañosamente inmóvil e inmutable. Los siglos de piedras, ladrillos, ventanas, portales, arboledas, parques...en un solo segundo desaparecen y dónde antes estabamos hay un vacío a punto de ser construido.
Sunday, September 03, 2006
Oigan
Vladimir Mayakovsky
Oigan
" Oigan: si encienden las estrellas
es porque alguien las necesita, verdad?,
es que alguien desea que estén,
es que alguien llama perlas a esas escupitinas.
Resollando tormentas de polvo
del mediodía penetra hasta Dios,
teme haber llegado tarde, llora.
Le besa la mano carniseca,
implora que pongan sin falta una estrella,
jura que no soportará este tormento inestelar,
y luego anda preocupado,
aunque aparenta calma.
Dice a alguien:
Ahora no estás mal, eh?
A que ya no tienes miedo?
Oigan si encienden las estrellas
es porque alguien las necesita, verdad?
Es indispensable que todas las noches sobre los tejados
arda aunque sea una sola estrella. "
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