Wednesday, June 06, 2007

La ciudad solidaria: Aquello que Valencia NO es


Las utopías no emanan ya, en efecto, del interior de las personas, sino de fuera de ellas. Este tipo de utopías -si se quiere mantener el nombre- conduce, por lo demás, a una nueva situación social, en que las utopías colectivas se ven reemplazadas por utopías individuales. Y la utopía individual tiene otro nombre menos bello pero también muy eficaz: el éxito. Es necesario preguntarse si la cuestión de las utopías no es simplemente más que el seudónimo actual de esa búsqueda radical, radicalizada, de nuestro tiempo: la caza del éxito. Eso plantea, por lo demás, la cuestión crucial de saber que deviene la utopía de la sociedad solidaria en una sociedad que, precisamente, se quiere, ahora mismo, regida por esa tendencia a la des-solidarización. Porque todo ocurre como si la sociedad estuviese cambiando de estado de agregación. Como el agua que, bajo el efecto del calor, pasa de hielo a estado líquido y después a vapor, algo comparable se produce actualmente en la sociedad: pasando al estado de evaporación, sus partículas elementales se liberan. Me parece que se trata de una tendencia innegable del tiempo presente: los lazos y los valores se redefinen hoy en una tendencia a la inestabilidad creciente…
Me parece que lo que dice se ejemplifica bastante bien, en Francia, en la nueva ruptura que aparece entre quienes han hecho la elección de la mundialización neoliberal y tienen éxito en ello, y los otros, los que no llegan a hacerse con la nueva idea central de la modernidad.

(Peter Sloterdijk)

Wednesday, May 02, 2007

Las ciudades te acogieron siempre con los brazos abiertos


Las ciudades te acogieron siempre con los brazos abiertos
niñeras madres dulcemente
durante mucho tiempo lloró
el hierro y la tierra fría
se abrió te tragó y te devolvió entero
al principio te creías libre
suelto pero pronto pusieron
los minutos chirriantes un grillete en tus pies.

Atado a la velocidad tenías un deseo
oculto y silencioso: seguir siempre adelante
entregarte al placer desgarrado que siempre pierde
lo que es y sin mirar atrás transforma
la vida en muerte y la muerte en vida
y saluda a la victoria en la derrota y siempre
se aleja se aleja.

Compañeros sensibles tus ojos
adormilados unieron tu mitad a su mundo
de la ciudad futura: y mendigos, prostitutas y rateros
niebla y hedores y el aluvión de gentes al atardecer
te envuelven poderosos te liberan
te atraen y te conceden el perdón y el instinto:

Levántate, échate tu carga al hombro y mira
la ciudad
te recibe con los brazos abiertos, cálidos y radiantes.

(Sigfús Dadason)

Saturday, April 21, 2007

Invocación litúrgica de Rita Barberá al Dios Eolo


-Oh, dios Eolo, hijo de Heleno y Orsís, cruel y esquivo tacaño con ventiscas y soplidos, te lo suplico, los barquitos no pueden ni correr medio metro y un deporte tan aburrido como la vela se convierte en insoportable!
En tu honor sacrificaré mil palomas, un ser porcino de naturaleza incierta que vive en el palco de Mestalla, un par de diputados zaplanistas, a Martinez Pujalte, y a mil vestales (Bueno, a esas no, me las quedo yo mejor).
Iä, Iä, sub Nigurath...

Friday, March 09, 2007

Foc i Flama


Es imposible vivir en esta ciudad en fiestas. Arde todo y la sensatez es lo primero.
Si que lo he pasado bien en mis años mozos, embriagado y con el gaznate ardiendo de polvora, chocolate, azucar y ron, pero es una bacanal, una orgía excesiva que hace inhabitable la urbe. Se toman las calles, se obvian las leyes, el civismo, se queman monumentales pirámides de cartón, es el paganismo exacerbado en que la ciudad bulle y se cuece, en contraste al resto del año en que es un desierto semipolicial, falto de propuestas culturales o lúdicas, absolutamente pasivo agresivo.
Una semana de excesos a la que sigue un año de contención.
No sé si me quiero ir porque no puedo estar ebrio toda una semana para pasar el trago, o porque este desfile a lo Marat-Sade, a lo mil dias en Sodoma, me recuerda al año de sobriedad y estulticia que le sigue...
Esto es Benidorm con hogueras, y las fallas ya no tienen ingeniosos carteles que se rían de la realidad de forma sagaz, sino chistes escolares para amamantar al rebaño ciego que absurdamente peregrina entre ninots.
Ya no se distingue entre los ninots y los espectadores. A la mierda, a ver si me puedo fugar...

Sunday, February 18, 2007

Vivir


La ciudad que vive en ustedes

Ustedes viven en la ciudad
que compraron en una subasta silenciosa.
Nuevamente fueron incapaces
de pagar sus deudas.
Bajo sus pupilas ennegrecidas,
ensayan sentir ciertas cosas.
Sin darse cuenta de su propio distanciamiento,
parten lejos,
utilizando sus cuerdas de pensamiento
como un teleférico.
Su temblor aumenta
cuando tocan los incontables elementos.
Con sus gritos,
ponen en fuga a los pájaros,
cuando sienten las sacudidas dadas
por el eco de palabras que superan su pensamiento.
Con sus respiraciones,
las rosas se marchitan.
En los momentos de locura,
los cristales caen de sus tejados.
Cuando su radio de pensamiento se encoge,
su ciudad crece.
De tanto correr calles y avenidas,
ustedes se han fatigado.
Mientras las luces de tantas máquinas de tensión
invaden las noches,
sus seres humanos se robotizan.
En las aguas negras,
los sapos tienen miedo a los cocodrilos.
Su viaje interior los ha envejecido.
Sus alaridos interiores se amplifican.
Ustedes producen dificultades a cuarenta manos.
Las celdas auxiliares de sus laboratorios
niegan cualquier momento placentero.
Mientras sube y baja el indicador del miedo,
no tienen la posibilidad de hablar.
A cada movimiento del reloj,
las estaciones se separan de su corazón
y la soledad no deja de atravesar su espíritu.

(Üzeyir Lokman ÇAYCI)

Saturday, February 17, 2007

Lost in The Past


Las calles estaban temblando, eran las mismas desde hace cincuenta años, cuando el barrio eran dos fincas en medio de la huerta, y los niños morían de vez en cuando ahogados en las acequias. Esas calles en que tu infancia es un reflejo de la de tu padre, blanco y negro amarilleando, una página en blanco vagando por el eterno barrio que se transforma pero que es el mismo, cuyos esqueletos yacen bajo tierra, cuyos rostros florecen, luchan, se alejan, y solo quedas tú...porque aquello que caracteriza el lugar donde vives es tu visión de él, esta construido con las piedras de tus ojos, y fabricado con el cemento de tu sangre.

Monday, January 22, 2007

Las Pálidas Estrellas


Hace tanto que escribí un relato que trata
de una muchacha de lento andar
-él la acompañaba de noche a casa
por una calle tan ancha tan ancha
que aún dentro de la ciudad
se podían ver las estrellas (resbalaban
las estrellas, decía él. He aquí, Adebarán.
Si ella preguntase cuál de aquellos brillos
era Aldebarán, él habría podido decirle:
cualquiera.)
Pienso que era muy callada;
años más tarde se me ha dicho
que la muchacha del relato era un ser real
y que ha muerto de cáncer. Pero yo he sabido
que su historia no era más que una transcripción.
Pienso que él hubiera deseado quererla mucho.
Han transcurrido tantos años desde aquel entonces.
Ahora es una mañana de lluvia sucia,
Encima de estas casas altas y parduzcas.
Paso por delante del edificio, donde
hace una vida, durante una noche
él le ha besado la mano. Él ha muerto
poco después-ella años más tarde.
(Mircea Ivanescu)

Thursday, January 11, 2007

El Beso del asfalto


Has estado toda la noche (toda esa oscura sucesión de instantes) contoneándote en la cuerda floja, a punto de saltar al abismo. Las calles crujen, y se contraen a tu vacilante paso. Los bares te han llenado de viento el alma y de bebida el estómago, y todos los pubs te has escupido de sus fauces.
Las farolas bailan un vals y se mueven, estás intoxicado y te acuestas en el capó de un coche.
Estoy en un momento de zozobra, tras la tempestad de agua y fuego, baile y hierba quemada, prados por los que pasé y jamás crecerá vida vegetal de nuevo. Las callejas se suceden unas a otras y el mundo desconocido y significativo me saluda a mi paso. Hay cosas que no pueden imaginarse o pensarse sino que deben vivirse.
Vivo en un páramo de asfalto.
Vivo de rayos de luz, botellas vacías y esperanzas perdidas.
Apenas vivo, pero vivo.
Solo tengo un alma, y creó que la perdí en una vieja y sucia calle del barrio del Carmen, entre despojos, vómitos, orines. Junto a una casa de putas. Le pedí a una de ellas que me diera un abrazo, porque tenía frío en el corazón, y seguí mi camino.
Pero de tanto andar el camino se acabó, y me salí del margen de mi viñeta.
Era un dibujo animado a punto de ser borrado.
Un borrón.
Una sombra.
Entonces desperté sobre el capó del coche, en la Calle Comedias. Mi cabeza aullaba.
Se había hecho de día. Aún estaba vivo. Sonreí.