La ciudad palpita, su carne pétrea es igual de cambiante que la nuestra. Su piel de acero muda como la de una serpiente engañosamente inmóvil e inmutable. Los siglos de piedras, ladrillos, ventanas, portales, arboledas, parques...en un solo segundo desaparecen y dónde antes estabamos hay un vacío a punto de ser construido.
Sunday, February 18, 2007
Vivir
La ciudad que vive en ustedes
Ustedes viven en la ciudad
que compraron en una subasta silenciosa.
Nuevamente fueron incapaces
de pagar sus deudas.
Bajo sus pupilas ennegrecidas,
ensayan sentir ciertas cosas.
Sin darse cuenta de su propio distanciamiento,
parten lejos,
utilizando sus cuerdas de pensamiento
como un teleférico.
Su temblor aumenta
cuando tocan los incontables elementos.
Con sus gritos,
ponen en fuga a los pájaros,
cuando sienten las sacudidas dadas
por el eco de palabras que superan su pensamiento.
Con sus respiraciones,
las rosas se marchitan.
En los momentos de locura,
los cristales caen de sus tejados.
Cuando su radio de pensamiento se encoge,
su ciudad crece.
De tanto correr calles y avenidas,
ustedes se han fatigado.
Mientras las luces de tantas máquinas de tensión
invaden las noches,
sus seres humanos se robotizan.
En las aguas negras,
los sapos tienen miedo a los cocodrilos.
Su viaje interior los ha envejecido.
Sus alaridos interiores se amplifican.
Ustedes producen dificultades a cuarenta manos.
Las celdas auxiliares de sus laboratorios
niegan cualquier momento placentero.
Mientras sube y baja el indicador del miedo,
no tienen la posibilidad de hablar.
A cada movimiento del reloj,
las estaciones se separan de su corazón
y la soledad no deja de atravesar su espíritu.
(Üzeyir Lokman ÇAYCI)
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